Cómo limpiar tu clóset sin abrumarte

Detrás de la puerta cerrada de mi armario se esconde un mundo de posibilidades. Denme unas horas para limpiarlo, y quizá finalmente me convierta en una persona que tiene un guardarropa con prendas elegantes y coordinadas en tonos neutros, en vez de alguien con cuatro distintos cuellos de tortuga negros que odio por cuatro razones distintas.

Sé que puede ser realmente útil deshacerse de cosas. Tener mejores y menos opciones hace que vestirse sea más fácil, y poder ver lo que ya posees significa que es menos probable que compres de más. La investigación también sugiere que los espacios que habitamos despejados pueden disminuir el estrés.

Y, sin embargo, hay zapatos que amo a pesar del dolor que me causan, ropa de oficina que he mantenido a pesar de que he trabajado desde casa durante cuatro años, y un vestido caro y poco práctico que solo puedo suponer que compré mientras estaba en algún tipo de trance hipnótico.

Limpiar tu armario puede ser una experiencia emocionalmente intensa, dijo KC Davis, una terapeuta licenciada y autora de Cómo cuidar tu casa cuando la vida te ahoga. Una persona que creció con escasez podría sentir ansiedad por deshacerse de algo en caso de que lo necesite más adelante. Alguien cuyo cuerpo ha cambiado puede resultarle difícil deshacerse de tallas que quizás nunca vuelva a usar. Pero independientemente de la culpa o la presión que sientas sobre una prenda, dijo, “no hay razón para almacenarla en tu armario si realmente no la estás usando”.

Le pregunté a Davis, junto con otros organizadores profesionales y estilistas, cómo superar los sentimientos abrumadores y hacer que el proceso de limpieza sea más gratificante.

La mayoría de las personas se disponen a ordenar sin un plan, dijo Shaniece Jones, una organizadora profesional de armarios cuyos clientes incluyen a las cantantes Normani y Michelle Williams. “No tienes una estrategia, no tienes una visión. Solo estás como, déjame sacar todas estas cosas de aquí”.

En lugar de eso, tómate un tiempo para pensar en tu estilo actual y cómo desearías cambiarlo, dijo. En los días previos a organizar tu armario, toma nota cuando alguien elogie lo que estás usando para ayudarte a identificar las piezas que podrías querer mantener.

Jones sugirió crear un tablero de Pinterest con atuendos que te llamen la atención, guardar artículos en un carrito en línea o en una lista de deseos, u hojear revistas o catálogos para que tengas puntos de referencia cuando estés decidiendo qué guardar o desechar. “Así es más fácil pensar, sabes qué, esta pieza no encaja en este look que estoy buscando”, Jones.

Dependiendo del tamaño de tu guardarropa, una limpieza a fondo puede tomar hasta cuatro horas, dijo Chellie Carlson, una estilista con sede en Los Ángeles. Ella recomienda sacar una categoría de ropa a la vez: camisetas con tirantes, luego camisetas con mangas y así sucesivamente, y comenzar con la categoría que usas con más frecuencia.

Aunque está bien extender la ropa sobre tu cama, Carlson dijo que prefería usar un perchero móvil (puedes pedirlo prestado a un amigo o vecino) y colgar cada categoría de ropa a medida que avanzas. Crear esa exhibición “es tan poderoso que no puedes dejar de verlo”, dijo. “Puedes tener cinco o seis camisolas negras. ¿Qué te dice eso? Necesitas dejar de comprar camisolas negras”.

Luego, yendo pieza por pieza, toma cada una del perchero para sostener, tocar y probarte, dijo Carlson. “Pregúntate, ¿esto me queda? ¿Esto se siente bien?”.

[Los expertos dicen que hay que reconocer que deshacerse de cosas puede ser abrumador. Carlson suele escuchar la palabra “vergüenza” de sus clientes, relacionada con artículos caros que aún tienen etiquetas o compras impulsivas que ya no pueden devolver.]

Si tienes dudas sobre una prenda, Mary Gonsalves Kinney, una estilista de San Francisco, sugirió intentar crear un atuendo con ella y otras cosas que planeas conservar. Si no puedes hacerlo, “tiene que irse”, dijo ella.

Jones recomienda “etiquetar” con un imperdible aquellos artículos sobre los que aún tienes dudas. Si el imperdible sigue ahí la próxima vez que limpies tu armario, lo que significa que no has usado la prenda en todo ese tiempo, es hora de despedirte.

“No tiene que ser una purga única donde todas tus decisiones sean finales”, agregó Davis. Puedes poner las cosas que te resulta muy difícil dejar en otro lugar temporalmente. Guárdalas en el armario del pasillo o en una caja o bolsa de almacenamiento al vacío y revísalas en unas semanas. “Aún puedes lograr el objetivo de un armario más reducido y fácil de mantener sin sentir que, ¡oh Dios, cuidado con tomar la decisión equivocada!”.

Ashlee Piper, una experta en sostenibilidad y autora del libro Give a Sh*t: Do Good. Live Better. Save the Planet, enfatizó la importancia de hacer una pila de ropa que necesita algún arreglo. Si aún te gusta una prenda, pero el cierre está roto, por ejemplo, “piensa, ¿cómo puedo hacer que este artículo dure más?”, en lugar de “Ay, está un poco gastado, necesito reemplazarlo”.

Para las piezas que has decidido conservar, crea un sistema que se adapte a tus rutinas, explicó Jones. Si haces ejercicio por la mañana, pon la ropa de deporte en el cajón superior de tu cómoda o en la barra más cercana a la puerta de tu armario.

Para poder revisar tu guardarropa de un vistazo, Carlson dijo que le gusta organizar por categoría y luego por colores, por ejemplo: las camisetas con tirantes de claro a oscuro, luego las camisetas con mangas de claro a oscuro.

Para los accesorios y los artículos pequeños, resiste el impulso de comprar soluciones de almacenamiento elegantes, dijo Piper, y trata de reutilizar cosas que ya tienes, como cajas de zapatos. “Un contenedor es un contenedor”, dijo ella. “No necesitas salir a comprar uno nuevo con la palabra ‘calcetines’”.

Y para asegurarte de no tener que hacer esto de nuevo por un tiempo, no elimines prendas y compres nuevas al mismo tiempo, dijo Gonsalves Kinney.

“Una vez que hayas depurado, intenta esperar un mes sin comprar nada”, dijo. “Entonces estarás comprando con intención en lugar de hacerlo con desenfreno imprudente”.

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