Incluso en el contexto de la tendencia de no usar pantalones que prevalece ahora en las pasarelas y en algunos círculos de celebridades, así como la moda de la vestimenta temática en los estrenos de cine, los atuendos de Kristen Stewart durante su gira de prensa para Sangre en los labios han destacado. Pocas veces una actriz se ha desnudado de forma tan gloriosa.
Stewart y su estilista, Tara Swennen, han tomado la carnalidad y la política velada de la película y las han trasladado al panóptico promocional, obligando a cualquiera que preste atención a enfrentarse a sus propias ideas preconcebidas sobre los cuerpos de las mujeres, su sexualidad y lo que significa exactamente el empoderamiento, al tiempo que desautorizan todo el circo de la vestimenta de marca de las celebridades.
Es mucho mensaje bajo tan poca ropa. Pero fue hábilmente gestionado y muy entretenido de ver.
Margot Robbie se divirtió vistiéndose como Barbie durante la gira de prensa de la película sobre la icónica muñeca; Zendaya acaparó miradas y las redes sociales durante sus apariciones para Duna: parte 2, vestida de Mugler, Givenchy y Alaïa; y el equipo de Godzilla Minus One desfiló por la alfombra roja de los Oscar con unos zapatos con tacones que asemejaban a las garras del lagarto para ir a juego. Pero con sus apariciones para promocionar Sangre en los labios, Stewart ha llevado el concepto de cosplay de personajes a un nivel nuevo y más punzante.
Comenzó en Berlín, en febrero, cuando Stewart obvió la camisa para el estreno europeo de la película y lució una minifalda de patchwork de alta costura de Chanel muy corta, un blazer a juego y un bralette de punto. (Stewart es embajadora de Chanel). La actriz arriesgó aún más con una polémica portada de Rolling Stone en la que solo lleva una camiseta Nike sin mangas y un suspensor.
Y cuando apareció en el estreno de la película en Los Ángeles vistiendo un bodi de la marca Bettter que parecía exclamar: “Faldas, ¿quién las necesita?”, con un corte muy alto en el muslo, con medias negras transparentes, un blazer negro y tacones de aguja negros, quedó claro que esas elecciones no eran una simple casualidad, sino una estrategia consciente.
Apropiadamente, el lema de Bettter, que reutiliza trajes masculinos para mujeres, es “empoderar en lugar de dominar”. Lo cual, teniendo en cuenta la película en cuestión, una película de cine negro queer ambientada en un pequeño pueblo de Nuevo México de la década de 1980 y, como escribió un crítico, una “deconstrucción de la hipermasculinidad cinematográfica”, da en el clavo.
Sin embargo, cuando la maquinaria promocional llegó a Nueva York, Stewart mostró realmente sus cartas. Así como partes de su cuerpo, en una mini negra con un bra de malla, liguero y medias y una chaqueta de cuero para presentarse en el programa Late Night With Seth Meyers y un top Monot con escote halter drapeado de cadenas para The Late Show With Stephen Colbert. Los paparazzi la encontraron saliendo de su edificio con unos minúsculos shorts de punto color crema y un sujetador bajo una camisa caqui, con tacones de aguja, y en otra ocasión con unos micro shorts deportivos de Chanel y calentadores a juego. De nuevo, con tacones.
La ropa era como un desafío al mundo que la observa, una negativa a cumplir las expectativas de género de las chicas guapas con vestidos lindos y una respuesta amable a la idea de que la provocación es una invitación. Un “veo que me estás juzgando, te reto un poco más” de la política de la moda.
Al orquestar sus atuendos, Stewart, quien parecía estar disfrutando bastante, gracias, demostró lo mucho que se puede decir en la pseudo alfombra roja, incluso sin que el presentador de E! le preguntara qué llevaba puesto. Realmente no podías pasar por alto el mensaje que quería destacar. Al fin y al cabo, no lo estaba cubriendo exactamente.
Vanessa Friedman es la directora de moda y crítica jefa de moda del Times desde 2014. Más de Vanessa Friedman